lunes, 21 de abril de 2008

Es palabra de Rosso...(PARTE 2)

Les paso la segunda parte de la charla que tuve con Rosso.

En esta jugosa y última parte nos centramos más en su experiencia en medios claves de la historia del periodismo de rock como fueron El Expreso Imaginario (década del 70), Cerdos y Peces (década del 80), Rolling Stone (década del 90) y La Mano (década del 2000), para finalizar con una reflexión sobre la actualidad del periodismo de rock en Argentina:

-¿Uds como periodistas estaban al tanto de la movida que se estaba generando afuera en los polos de la contracultura como lo fueron San Francisco, Nueva Yor, Londres o Los Angeles?

- Si, absolutamente. Éramos muy concientes y lográbamos conseguir ese tipo de publicaciones a través de gente que viajaba o las conseguíamos prestadas de alguien. Por ejemplo yo me hacia traer la New Musical Express y la Melody Maker de Inglaterra, en donde escribían tipos como Nick Kent o Como Charles Shaar Murray que fue lo mas cercano que tuvo Inglaterra al nuevo periodismo, por que eran capaces de hacerte un comentario de disco de toda una pagina, en donde te contaban sus impresiones, lo que el tipo sentía al escuchar la placa, entonces vos no leías un comentario frío sobre el disco sino que e interiorizabas sobre las sensaciones que tenia el periodista al escuchar ese disco.
Con respecto a esa movida, Pipo Lernoud, a quien conocí antes de que empezara a editarse la revista Expreso Imaginario, fue el que me metió en la locura de los Beatnicks. Me recomendó leer a Allen Guinsberg, Jack Keurac, etc., y me informó sobre lo último que se venía gestando en el periodismo norteamericano que eran los textos de Hunter Thompson, libros como “Electric Cool Acid Test” de Tom Wolfe y todas esas publicaciones que son la base del genero.
De todas formas, eran cosas que uno sentía. Yo por ejemplo en mis primeras crónicas de recitales contaba cosas sobre cómo me sentí al llegar, las sensaciones del show, por ahí algún editor te sacaba cosas porque terminaba siendo una crónica demasiado subjetiva para un lector no tan acostumbrado a eso. Sin embargo, eso fue uno de los grandes éxitos del Expreso; que desde el principio se genero una corriente de comunicación con el lector. Aprendimos la lección de Mordisco, de involucrar a la gente cada vez más. Y la prueba está en que muchos lectores se transformaron en escritores, como por ejemplo Sandra Russo, Roberto Petinatto, y mucho más.

-Metiéndonos en la década del 80: ¿Podemos señalar a la revista Cerdos y Peces como un texto de rock con características del Nuevo Periodismo?

-Si, lo fue. Era parte de la cultura rock. Esas décadas son muy especiales por el régimen represivo de la dictadura, que aún estaba latente en los primeros días de la democracia. Yo recuerdo que en el Expreso Imaginario no hablábamos de política, pero si de la metapolítica, la historia de las comunidades, trascribía la poesía en el rock, metía temas de ecología, etc. Por que esa era su manera de trasgredir. En cambio con Cerdos y Peces, fue un medio que nació con la democracia. Era impensable esta publicación en la dictadura. La revista aparece en 1984, como suplemento del periódico de El Porteño. Allí Enrique Syms va depurando su staff. En ese año hay una especie de destape, cuando entra Alfonsín, con la democracia se daban una serie de libertades que este tipo de medios las aprovecharon. Cerdos fue un manifiesto libertario de todas esas cosas que antes no se podía hablar; como las drogas, el sexo, las bandas urbanas. Yo recuerdo que hable con Enrique para hacer una sección que se llamaba “Cuices en la noche” que era simplemente mis delirios, ya que estaba en esa época muy influenciado por James Joyce y volcaba eso en la revista. Pero también tenía una sección en la que volcaba rock exclusivo. Era una buena publicación, a veces un poco criticada por estar cargada hacia el lado escatológico, pero era un poco la filosofía de la época. Lo bueno era la libertad que profesaba para quienes la hacíamos y quienes la leían.

-En cuanto a la edición local de la revista Rolling Stone ¿ Que diferencias encontras con la edición Estadounidense?

- Afortunadamente, la edición local conserva una actitud relativamente “militante” que la de Estados Unidos tiene a medias, y que encima dentro de su contexto se diluye. No es una revista de punta ni alternativa en estos momentos en EEUU. La RS Argentina, con todos sus defectos o con todo su barniz comercial tiene notas interesantísimas, no del todo musicales pero si sobre temas candentes. Ahora bien, la Rolling Stone original, aquella que se fundó en San Francisco, en el período que comprende desde 1967 a 1972, estaba en el centro de la contracultura. Nace en un contexto en donde también nacieron otras publicaciones de la prensa underground de Los Angeles y San Francisco.
Igualmente hay que aclarar que la Rolling original en un momento pega un cambio, hacia una revista mas comercial, que balancea las notas de opinión con notas que son visiblemente mas portavoces de la industria discográfica, es algo muy visible eso, creo que no estoy descubriendo nada. Pero por ejemplo, yo estuve en la Rolling durante cuatro años y había notas de periodistas como Daniel Riera, como una que le hizo a los ex combatientes de malvinas, que fue una nota que nunca vi en un diario con esa profundidad. Lo que también te demuestra que la Rolling Argentina aun en esta época “comercial” tienen unas notas de investigación, sobre todo con temas ajenos a la música, que tienen una profundidad envidiable. En cuanto a notas musicales, yo recuerdo bien algunas que protagonicé como por ejemplo una con Santaolalla, otra que le hice a Calamaro, también una con Cerati; que eran notas donde había 3 o 4 encuentros con el músico, en diferentes contextos, eran notas muy a fondo en donde no sólo se hablaba de música sino que ocupaba un aspecto importante el trasfondo de la música. En conclusión, se puede decir que es un medio muy valioso para la cultura argentina, aun considerando que no tiene el nivel de militancia y anti-sistema de otros tiempos. Pero eso igualmente duró 5 años, y la revista hoy ya tiene 40 años, por lo cual sigue manteniendo una vigencia a pesar de todo.

- En cuanto a la revista La Mano ¿Crees que es un medio que tomó la posta de publicaciones como El Expreso Imaginario, sobretodo por el estilo similar al de aquella?

-Si, tiene el espíritu del Expreso presente en tipos como Pipo Lernoud, algunas notas mías, sobre todo en las que he tratado de recoger el guante de lo alternativo. Lo que tratamos de hacer es que la revista no sea un simple medio de propaganda de las grabadoras. Que también tenga notas que sean por que sí, es decir, de personajes o acontecimientos que nos gustan o que creemos importantes para el publico. En ese aspecto también mantiene el espíritu del Expreso, y también hay que reconocer obviamente la importancia del trabajo de Martín Perez que es el ideólogo de las notas literarias que aparecen en todos los números. Martín ha traído muy buenos historietistas que de alguna forma también le definieron la identidad a la publicación, que dicho sea de paso, reúne las características del Nuevo Periodismo, ya que de alguna forma se fusiona la literatura con el periodismo.
Otro aspecto a destacar es la coordinación a cargo de Marcelo Fernandez Bitar, que le da cabida a todo eso, por que todos los periodistas tenemos nuestros “egos” y todos queremos meter nuestras notas.
Otro punto a destacar es el arte de la revista, sobre todo el de tapa. Ahí hay que reconocerle mucho mérito a Roberto Petinatto, ya que la tapa es una especie de feudo de él. Petinatto, tiene poder de veto, casi por encima de todos.

-¿Cómo ves la prensa de rock ahora, y que rol asume el Nuevo Periodismo en ella?

-Yo veo que en este momento hay un peligro que es el monopolio de los medios en pocas manos. Si vos te pones a pensar que hay un diario que tiene un canal de televisión, una radio, un tercer canal de cable...se hace complicado luchar contra ese monstruo, y encima en la vereda de enfrente pasa lo mismo. Entonces los periodistas les cuesta mucho tener una independencia de criterio si trabajan para uno de esos monstruos, que te limita increíblemente. Hoy en día hacer prensa independiente es un desafío, es un lindo desafío también. Todo depende cual importante es para tu vida, lo mismo que con los músicos; vos podes grabar para una compañía, siempre y cuando tenga bien en claro cuales son tus libertades, tus beneficios o tus perjuicios. Si decidió ser independiente tenes que ser conciente de eso, bancartelo, pero al mismo tiempo las recompensas pueden ser mucho mas mayores. Aparte es muy difícil competir contra eso, la única manera es haciendo algo original, como en su momento hicieron la camada de periodistas que dieron pie al nuevo periodismo, aunque en otro contexto.

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